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Hace una década nació nuestro Sistema Integrado de Gestión (SIG), impulsado por una necesidad urgente: mejorar y controlar todos los procesos internos de la compañía. Queríamos establecer criterios claros de evaluación y definir procedimientos específicos para que cada actividad tuviera un camino claro y eficiente.

También surgió como respuesta a otro gran reto: unificar los diferentes sistemas que usábamos, para optimizar recursos y lograr que nuestra operación fuera más ágil y eficiente.

Y claro, no podíamos dejar de lado las expectativas de nuestros clientes, que buscaban trabajar con un proveedor confiable, con un sistema de gestión de calidad sólido, capaz de controlar las operaciones y asegurar la integridad de los productos y servicios ofrecidos.

En sus inicios, el SIG fue exclusivo para Grupo MAT Química y se enfocaba únicamente en la calidad. Pero en 2016 dimos un gran paso: lo extendimos a las 3 compañías del grupo e incorporamos el RUC (Registro Único de Contratistas), un sistema de evaluación creado por el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) que nos ayudaría a fortalecer nuestros procesos en relación con la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) y el cuidado del Ambiente (SSTA). Con esto, sumamos nuevos componentes de gestión que hoy siguen siendo clave en nuestra operación.

El sistema de gestión ambiental se integró con el firme propósito de mejorar nuestro desempeño en esta área. Queríamos cumplir con la normativa ambiental, pero también ser más eficientes en el uso de los recursos que empleamos en nuestros procesos productivos. ¿El objetivo? Minimizar nuestro impacto ambiental y demostrar, con acciones concretas, que el compromiso con el planeta es una prioridad para nosotros.

Éramos conscientes de que nuestras actividades tenían un impacto sobre el entorno, por eso trabajamos en consolidar un sistema que monitoreara y minimizara ese impacto. Quisimos ser un ejemplo en nuestro sector, no solo para los clientes, sino también para nuestros grupos de interés. Un referente de sostenibilidad y buenas prácticas ambientales.

Por otro lado, el componente de Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) se incorporó con un propósito muy claro: velar por el bienestar de todas las personas que hacen parte de nuestros centros de trabajo, sin importar el tipo de vinculación que tengan con la compañía.

La idea era —y sigue siendo— identificar los peligros, evaluar los riesgos y, sobre todo, proteger la seguridad y la salud de quienes conformamos esta gran familia. Con este sistema buscamos prevenir accidentes laborales, reducir incapacidades y, de paso, mejorar la productividad y la calidad de nuestros procesos a través de un entorno de trabajo más seguro y confiable.

Y como la intervención de todos es clave, se promueve la consulta y la participación de los colaboradores a través del Comité Paritario de Seguridad y Salud en el Trabajo (COPASST), además de diversos canales internos habilitados para reportar condiciones o actos inseguros. Todo esto nos ayuda a cumplir con la normativa vigente y, lo más importante, a seguir construyendo una cultura del cuidado que nos beneficia a todos.

¿Y qué viene ahora? ¡Vamos por más! Nuestra organización tiene en la mira la integración de nuevos estándares al SIG, como el ISO 26001, enfocado en responsabilidad social, y el ISO 27001, orientado a la seguridad de la información. Serán decisiones estratégicas que tomará la alta dirección, en línea con la visión y rumbo que queremos darle a la compañía en los próximos años.

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